En el siglo XIX, Louis Pasteur realizó una serie de
experimentos que probaron definitivamente que también los microbios se
originaban a partir de otros microorganismos. Para su experimento utilizó dos
frascos de cuello de cisne . Estos matraces tienen los cuellos muy alargados
que se van haciendo cada vez más finos, terminando en una apertura pequeña, y
tienen forma de "S". En cada uno de ellos metió cantidades iguales de
caldo de carne y los hizo hervir para poder eliminar los posibles
microorganismos presentes en el caldo. La forma de "S" era para que
el aire pudiera entrar y que los microorganismos se quedasen en la parte más
baja del tubo.
Pasado un tiempo observó que ninguno de los caldos
presentaba señales de la presencia de microorganismos y cortó el tubo de uno de
los matraces. El matraz abierto tardó poco en descomponerse, mientras que el
cerrado permaneció en su estado inicial. Pasteur demostró así que los
microorganismos tampoco provenían de la generación espontánea. Gracias a
Pasteur, la idea de la generación espontánea fue desterrada del pensamiento
científico y a partir de entonces se aceptó de forma general el principio que decía
que todo ser vivo procede de otro ser vivo.
Este experimento me llama mucho la extension, muy completa tu informacion
ResponderEliminarEs un experimento muy interesante, tu informacion esta muy completa
ResponderEliminar